jueves, 14 de febrero de 2013

Nikola Tesla (1856-1943) “El futuro es mío”


Saludos, humanos del tercer planeta. No podíamos arrancar esta sección de personajes clave con otro que no fuera el gran Nikola Tesla. Se dice que este hombre absolutamente prodigioso y genial se inventó el sólo el mundo de los próximos dos siglos. Hombres como Tesla nacen una vez cada mil años. Todo lo que hacemos hoy, desde arrancar el coche a mandar un mensaje de móvil, se lo debemos a este inventor fuera de serie y tan poco recordado. Fue precursor de una auténtica tecnología futurista y utópica. Durante sus últimos años, sus manifestaciones acerca de que se comunicaba con otros planetas, las ideas sobre escudos anti-guerra y poderosos rayos de la muerte (un láser que podría acabar al instante con ejércitos enteros y poner fin a todas las guerras), así como el comportamiento excéntrico y el halo de misterio que le rodeaba, hicieron que lo tacharan de loco y fue tratado muy injustamente en vida, como veréis.
Los que sí le tomaron en serio fueron las altas esferas tras los gobiernos estadounidense y ruso, que aún mantienen todos los materiales y notas sobre Tesla que requisaron tras su muerte con el rango de alto secreto. Nos ha costado más de ochenta años, pero hoy sabemos que sus inventos y creaciones eran exactas y funcionales. Tesla concibió y predijo nuestro estilo de vida actual: Inventó la radio, las bujías, la tecnología del telégrafo, la corriente alterna, el electro-imán (bobina de Tesla), diversos aparatos inalámbricos, el primer radiotransmisor de ondas electromagnéticas, el generador eléctrico, varios sistemas de transmisión de energía a grandes distancias, construyó lámparas de neón sin hilos que daban más luz que las actuales, los primeros microscopios, los rayos X, desarrolló el principio de aceleración de partículas, así como la base en la que se apoyan todos los electrodomésticos actuales. Realizó inventos en robótica (como su máquina sumergible dirigida a distancia), ideó el teslascopio, el radar, los primeros autómatas auto-controlados (pensaba que podría dotarlos de cierto raciocinio y revolucionarían el sector industrial y los servicios), el primer motor de energía solar, fue pionero en el campo de la energía ambiental y la antigravedad, predijo los móviles, la televisión; investigó en fluorescencia, en alteraciones climáticas (el famoso ingenio HAARP para el control del clima y la ingeniería de terremotos se basa en su tecnología), en aeronáutica, en termodinámica, balística y fotografía. Nikola Tesla, verdadero genio fuera de serie, patentó más de 700 inventos. Sus diseños para una turbina sin aspas y una bomba sin ningún tipo de parte móvil continúan intrigando a los ingenieros contemporáneos. Hace más de cien años, durante 1907, diseñó aeronaves VTOL (basadas en despegues y aterrizajes verticales), jets reactivos dirigibles, helicópteros y aerodeslizadores. Antes del primer vuelo de los hermanos Wright, en 1903, registró en la oficina de patentes un “Aparato para el Transporte Aéreo”. La lista no se acaba nunca.
Sin embargo, Tesla es muy poco conocido fuera del campo de la física y la electrónica. Algunas de sus invenciones más importantes son erróneamente atribuidas a Thomas Edison o Marconi, como la radio, ideada por Tesla al menos quince años antes que éste último (aunque el año de su muerte, 1943, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos le concedió póstumamente la patente del aparato, hoy en día la mayoría sigue pensando que es obra de Marconi). Cuando Marconi obtuvo el Nobel en 1911, Tesla se enfureció y demandó al impostor, pero perdió los pleitos porque escaseaban sus recursos ante la opulencia del italiano, que era socio de Edison.

El hijo de Vulcano

A los 8 años construyó un motor impulsado por insectos y un molino de viento de palas lisas. A los 12 vio una imagen de las cataratas del Niágara y pensó que era un despilfarro no aprovechar toda esa energía: Le dijo a su tía que iría a América a poner remedio a tanto derroche. Tesla calculaba logaritmos neperianos mentalmente y sus teorías matemáticas causaban estupefacción entre sus profesores.
En sus memorias confiesa que de niño sufrió de una peculiar aflicción debido a la aparición de imágenes, acompañadas por fuertes destellos de luz, que interferían en la visión de los objetos reales. Escribió que cuando escuchaba una palabra, la imagen del objeto que designaba se presentaba a su visión, y a veces era incapaz de distinguir si lo que veía era tangible o no. Hasta el punto de tener que agitar su mano frente a los ojos para comprobarlo. Tesla escribió que esto le causaba mucha incomodidad y ansiedad. “Ninguno de los estudiantes de psicología o fisiología a quienes consulté pudieron nunca explicar satisfactoriamente este fenómeno. La teoría que yo formulé fue que las imágenes eran el resultado de una acción refleja desde el cerebro sobre la retina bajo gran excitación. También comencé a ver visiones de cosas que no guardaban ninguna relación con la realidad. Era como si me estuvieran mostrando ideas de alguna mente cósmica, esperando hacer reales sus concepciones”. No se trataba de las alucinaciones de un chalado, ya que en todo lo demás el niño Tesla era normal y corriente.
Debido a estas visiones, siempre tuvo en mente la idea de proyectar en una pantalla la imagen de cualquier objeto que uno conciba y hacerlo visible, lo cual revolucionaría todas las relaciones humanas. Tesla escribió que estaba “convencido que esta maravilla puede y será lograda en el tiempo por venir”. Según explica en sus notas, “pronto descubrí que mi mejor comodidad fue lograda si yo simplemente me adentraba cada vez más en mi visión, obteniendo nuevas impresiones todo el tiempo, y así comencé a viajar; por supuesto en mi mente. Cada noche comenzaba mis viajes, veía nuevos lugares, ciudades y países; vivía allí, conocía gente y hacía amistades y conocidos y, aunque suena increíble, es un hecho que los apreciaba tanto como aquellos en la vida real”. De esta manera, Tesla entendió sus visiones como un don. “Hacía esto constantemente hasta que tuve como dieciséis años, cuando mis pensamientos se volcaron seriamente hacia los inventos. Luego observé, para mi placer, que podía visualizar con la mayor facilidad. No necesitaba modelos, dibujos o experimentos. Yo podría representarlos todos como verdaderos, en mi mente”.
Testa no se apresuraba hacia el trabajo real y tangible: “Cuando obtengo una idea, comienzo inmediatamente a construirla en mi imaginación. Cambio la construcción, rehago mejoras y opero el dispositivo en mi mente. Cuando he llegado tan lejos como para corporizar en la invención cualquier mejora posible que pueda pensar y no veo errores por ninguna parte, pongo este producto final en forma concreta en mi cerebro. Invariablemente mi dispositivo funciona como he concebido que debería hacerlo, y el experimento sale exactamente como lo he planeado. En veinte años no ha habido una sola excepción”.
Verdaderamente, Tesla parecía estar bendecido por el mismísimo dios del fuego. Como él mismo explicó, sus visiones ocurrían usualmente cuando se encontraba en situaciones peligrosas, desesperantes o eufóricas. “En algunas instancias he visto todo el aire a mi alrededor repleto de lenguas de llamas vivas”. En un parque de Budapest le llegó de súbito la inspiración, cogió una rama y dibujó sobre la arena el diagrama del primer motor polifásico de corriente alterna. Lo explica el propio Tesla: “Una tarde estaba disfrutando una caminata con mi amigo en el parque de la ciudad, y recitando poesía. A esa edad yo conocía libros enteros de memoria, palabra por palabra. Uno de estos era Fausto de Goethe. El sol estaba poniéndose y me recordó un pasaje que declamé, después de lo cual, la idea llegó como un destello de relámpago, y en un instante la verdad fue revelada. Las imágenes eran maravillosamente nítidas y claras, y tenían la solidez del metal”.

 Sucio Edison, sucio Morgan

 Pero Tesla no encontró a nadie en la vieja Europa que financiara su diseño. Seis años después emigró a Nueva York sin un duro y con una carta de recomendación para Edison. Éste le propuso a Tesla una gratificación de 50.000 dólares si era capaz de mejorar sus dinamos, lo cual consiguió, pero Edison se negó a saldar la deuda alegando que había sido una broma de americanos. Humillado y ofendido, se marchó y consiguió vender, más tarde, sus derechos de la corriente alterna al conocido magnate George Westinghouse. Sin duda, en 1893 Tesla vivió el momento álgido de su vida cuando el presidente Cleveland pulsó un botón y 100.000 bombillas iluminaron a distancia el recinto de la Exposición Internacional de Chicago. Para los 27 millones de personas que visitaron la feria, quedó claro que Tesla había vencido por completo a un Edison estancado en la corriente continua. Pero en el camino la Westinghouse quedó al borde de la bancarrota y Tesla decidió romper el contrato y renunciar, así, a recibir 12 millones de dólares, lo cual no hizo más que agrandar su mitología. Tres años después, Buffalo fue la primera ciudad en quedar iluminada por la corriente de Tesla. Los generadores se instalaron en las cataratas del Niágara y así consumó su sueño de aprovechar la energía de esas aguas, donde creó la primera central hidroeléctrica del mundo, que todavía está en funcionamiento.
Edison, envidioso de la brillantez abrumadora y exuberante del genio, llegó a sabotear alguno de sus experimentos. Por causa de sus problemas financieros y algunos fracasos, Tesla empezó a desarrollar trastornos obsesivo-compulsivos. Se dice que se obsesionó con el número tres, que se entregó a una dieta de leche y verduras porque quería vivir cien años, y se protegía de las corrientes de aire tapando las rendijas de las puertas con cinta adhesiva. Con los años su única compañía fueron las palomas, a las que alimentaba a diario desde la ventana de su piso 33 en el New Yorker. Caminaba en zigzags por la delgada línea que separa la genialidad del delirio, mientras su cabeza ardía en llamas como una olla a presión. Estaba fascinado con la idea de transportar electricidad a través de ondas, sin conducción de cables, y logró diseñar una bobina de inducción magnética y un sistema de comunicación sin hilos con éxito.
Al excepcional Tesla le faltó una sola cualidad: Ser tan astuto empresario como Edison, Marconi o Westinghouse. De esta manera no le habrían robado sus patentes ni habría acabado confinado en la habitación de un hotel, paranoico y pobre como una rata. Todo su tiempo y dinero, como él mismo manifestó, lo dedicó a resolver los problemas más importantes de la humanidad. En enero de 1943, mientras pernoctaba en el New Yorker, murió de una trombosis coronaria. Nada más conocerse su muerte, su habitación fue allanada por el FBI a las órdenes de J. Edgar Hoover y toneladas de notas y papeles quedaron confiscados, calificándose como secretos de estado hasta nuestros días. Quién los pillara…
Quizá la ambición más grande del científico era el poder suministrar energía eléctrica gratuita desde la Wardenclyffe Tower, una torre-antena de telecomunicaciones inalámbricas en Long Island, a unos 100 km de Manhattan. Sorprendentemente, el experimento fue un éxito, pero nunca llegó a funcionar del todo porque su financiero, nuestro amigo banquero J.P. Morgan, retiró el capital cuando conoció las intenciones filantrópicas del genio. “¿Energía ilimitada y gratuita para todos? ¿Estamos locos?”, dijo Morgan. Así que compró las patentes, para nunca ocuparlas y perderlas a propósito. De esta manera se puso precio a lo que Tesla demostró hace cien años que podría suministrarse gratis como el bien común que es, tal como el agua o el aire que respiramos.

Los hombres de negro

Pero su genio desmesurado quizá le permitió descubrir más de lo que debería, un gran secreto, y parece que fue sometido a una estrecha vigilancia por parte del gobierno estadounidense, que por alguna razón mostró desde el comienzo un vivo interés por el genio y sus teorías. Por lo visto los alemanes ya tuvieron acceso a algunos documentos de Tesla varios años antes de su muerte y parece que el material robado fue clave para los intentos de desarrollar platillos volantes por parte de los nazis.
Estados Unidos quería apoderarse de todo lo referente a Tesla por lo que pudiera pasar. Pero el inventor dejó mucho de su trabajo desperdigado y escondido en distintos lugares, aumentando el misterio entorno a su persona, y aún se buscan desaforadamente los baúles repletos de documentos que fue dejando de hotel en hotel. Se cree que más de una docena de cajas con las pertenencias de Tesla, dejadas atrás en hoteles como el Waldorf Astoria, el Governor Clinton y el San Regis ya habían sido vendidos para costear las enormes deudas del genio. La mayoría no han sido nunca encontradas. Algunas personas que obtuvieron por casualidad material sobre Tesla o que no fueron conscientes de su importancia en ese momento, como Dale Alfrey, han manifestado que recibieron la intimidante visita de varios hombres de negro que se interesaron por el material y amenazaron su seguridad y la de su familia si no lo entregaba. Este hombre en concreto, fue a revisar sus cajas sobre Tesla cuando los hombres de negro se marcharon y, para su sorpresa, ya no estaban. Al parecer, alguien aprovechó mientras estaba reunido con estos señores para coger y hacer desaparecer todo lo referente a Tesla, incluido el disco duro de su ordenador, donde tenía digitalizada mucha de la información de los documentos del científico. ¿Quiénes son estas personas que no se identificaron en ningún momento y trataban a Alfrey por su nombre de pila? ¿Por qué tanto misterio? ¿Qué descubrió Tesla?

La antigravedad


En un artículo titulado El Mayor Logro del Hombre, Tesla resumió su Teoría Dinámica de la Gravedad diciendo que una energía cósmica (lo que hoy podríamos llamar antimateria o materia oscura) llena todo el espacio vacío. Para Tesla, el deber del hombre es dominar la naturaleza. Según su teoría, el ser humano “podrá obtener energía del vacío, crear cualquier cosa que desee con la materia y energía derivadas, alterar el tamaño de la Tierra, controlar el clima, guiar el camino del planeta a través del Universo como si fuera una nave espacial, causar las colisiones de planetas para producir nuevos soles y estrellas, calor, y luz, y originar y desarrollar vida en infinitas formas”.
La pena es que Tesla nunca explicó al mundo su revolucionaria teoría de la gravedad. El pensamiento moderno acerca de este campo sugiere que, cuando un objeto pesado se mueve, emite ondas gravitacionales que irradian a la velocidad de la luz. Siempre consideró que el sonido, la luz, el calor, los rayos-X y las ondas de radio son todos fenómenos relacionados y que podrían ser estudiados usando la misma clase de matemáticas. En los años ochenta se pudo demostrar que estaba en lo cierto. Un estudio de perdida de energía en una estrella llamada PSR 1913 + 16, probó que existen las ondas de gravedad. La idea de Tesla de que la gravedad es un efecto de campo es ahora tomada mucho más en serio de lo que se lo tomó Einstein. En 1919, cuatro años despues de rechazar el premio Nobel de Física, escribió: “Ahora estoy planeando máquinas aéreas desprovistas de los planos sostenedores, alerones, propulsores y otros accesorios externos, y que serán capaces de velocidades inmensas”.
Actualmente, los científicos creen que la nave espacial del futuro estará accionada por dispositivos anti-gravedad, que en vez de usar la fuerza bruta para superar la gravedad, usarán la propia gravedad en su provecho, igual que los aviones aprovechan el mismo aire para surcarlo. Tesla estimaba que con esta tecnología, en unos cincuenta años, podríamos viajar a la luna en menos de una hora, a los planetas en menos de un día e incluso salir de nuestro sistema solar y alcanzar las estrellas mismas en cosa de meses. Y además, podríamos ser capaces de hacerlo con absoluta comodidad, sin los problemas que causan la gravedad cero y las grandes aceleraciones. Por muy fantásticas que puedan parecer estas elucubraciones, la idea de un viaje a la luna era también imposible hace cincuenta años. Y hace cien todo el mundo sabía que algo más pesado que el aire no podía volar. Y hace quinientos años te mataban si decías que la Tierra era redonda. La experiencia nos enseña que no hay nada imposible. Que vivan los locos.

Proyecto Arco Iris

Tesla estuvo involucrado en uno de los misterios más disputados de la II Guerra Mundial, el Proyecto Arco Iris, o Proyecto Filadelfia, que se puso en marcha en 1936. Se trataba, supuestamente, de un intento por parte de la Marina de crear un barco que no pudiera ser detectado por minas magnéticas ni radares. Sin embargo, sus resultados fueron muy diferentes y mucho más peligrosos de lo que esperaban. Nikola Tesla fue nombrado director del proyecto y se le concedió un barco de guerra en el cual iban a ser probados los experimentos. La primera prueba fue inscrita y designada como un total éxito, como todo lo que hacía Tesla, cuando el dicho barco, sin tripulación a bordo, no sólo no aparecía en los radares, sino que se desvaneció completamente de su plano de existencia. A base de varias bobinas de Tesla de gran tamaño y otros instrumentos electromagnéticos instalados en la cubierta del buque, se consiguió producir una energía magnética tan poderosa que deformaba la propia gravedad sobre sí misma.
Pero Tesla comenzó a tener dudas acerca de la seguridad del experimento debido a la información que recibió de señales de radio extraterrestres. En 1923 anunció ante la prensa que estaba hablando con formas de vida inteligentes de fuera del planeta. Éstas le habían confirmado que iba a haber un serio problema si el experimento se repetía con tripulantes a bordo, pues la radiación electromagnética dañaría la estructura molecular de los sujetos. Tesla no quería arriesgarse a repetir el experimento, pero la Marina, en plena Segunda Guerra Mundial, quería resultados inmediatos. Temiendo que resultara gente herida o muerta, Tesla decidió sabotear la prueba de 1942 y resintonizó el equipo para que fallara el experimento. Ese mismo año renunció y dejó el proyecto. Pero al año siguiente volvió a hacerse una prueba más, ya sin Tesla, con enigmáticas y aterradoras consecuencias. En esta ocasión, el barco, tripulado por miembros de la Marina, apareció de súbito durante quince minutos en Nueva York, ante diversos testigos, a 500km del lugar del proyecto, para desaparecer de nuevo y volver como por arte de magia al punto original. Eso sí, muchos de los marines a bordo, según los documentos, reaparecieron con sus cuerpos cercenados, otros con partes fusionadas con el propio fuselaje del barco, y al menos tres de ellos nunca volvieron a aparecer. Parece que el proyecto, que desembocó en esa teletransportación no esperada, y trágica, no volvió a repetirse.

 

¿Señales extraterrestres?


Por lo que escribe en algunos de sus diarios encontrados, Tesla llevó una sorprendente vida secreta. Estos escritos perdidos revelaban que en 1899 interceptó comunicaciones de lo que él pensó que eran de seres extraterrestres que estaban controlando a la humanidad secretamente. Según Tesla, estas criaturas “estaban lentamente preparando a la humanidad para una eventual conquista y dominación, usando un programa que había existido desde la creación de los hombres, pero que ahora se estaba acelerando debido al incrementado conocimiento científico de la Tierra”. Informó al gobierno y a los militares respecto a lo que sabía, pero sus cartas se quedaron sin respuesta. No sabemos si fueron consideradas seriamente, o les parecieron locuras, o simplemente ya estaban al corriente de todo esto.
Tesla escribió en el periódico semanal Colliers, en 1901, que cuando estaba mejorando sus máquinas para la producción de intensas acciones eléctricas, también perfeccionaba los medios para observar débiles esfuerzos. “Yo pude sentir el pulso del globo, como era, notando cada cambio eléctrico que ocurría dentro de un radio de mil cien millas. Jamás podré olvidar las primeras sensaciones que experimenté cuando se me aclaró que había observado algo, posiblemente de incalculables consecuencias para la humanidad. Sentí como si estuviera presenciando la revelación de una gran verdad. Yo estaba, por supuesto, familiarizado con las perturbaciones eléctricas producidas por el sol, las auroras boreales y las corrientes terrestres, y estaba seguro, como podría estarlo ante cualquier hecho, de que estas variaciones no se debían a ninguna de estas causas, como ha sido acertado a la ligera por algunos. Fue algún tiempo después cuando advertí que las señales que había observado podrían ser debido a un control inteligente. Era imposible para mí pensar en ellas como distorsiones accidentales”.
Tesla llegó a decir que tenía la creciente sensación de que había sido el primero en escuchar los saludos de un planeta al otro. Su interpretación básica de estas señales era que criaturas de otro planeta estaban secretamente aquí en la Tierra. Llegó a confesar a uno de sus asistentes que ellos se habían infiltrado entre los hombres durante siglos, habían controlado los acontecimientos y a las personas, para conducir al ser humano hacia un camino de desarrollo evolutivo. Tesla se obsesionó con crear dispositivos para terminar las guerras y unir a la humanidad en contra de lo que el percibía como el enemigo común de los extraterrestres. ¿Por qué se ha escrito tan poco acerca de su creencia de que estaba recibiendo señales de radio alienígenas? Tal vez la verdad ha sido mantenida en secreto. Quizá en sus notas y pertenencias perdidas se halle información sobre la batalla secreta de Tesla con el gobierno y la ocultación de formas de vida extraterrestres.
 

Tesla dedujo que estas voces eran de hombres de otros mundos. Hombres que habían vivido en la Tierra alguna vez en un pasado lejano y habían desarrollado la tecnología para colonizar el espacio cercano. Estos hombres habrían colonizado el planeta Marte y mantendrían bases en la Luna. Esto explicaría por qué cuando se describen estos seres suelen parecerse tanto a nosotros. Muchos informes los describen tan humanos en apariencia que son indistinguibles del resto de los humanos terrestres. Todo esto pueden parecer bobadas, pero no es tan descabellado pensar que los gobiernos de algunos países, o una élite por encima de los mismos, estén al tanto de una presencia extraterrestre oculta sobre el planeta. Quién sabe… La física cuántica nos enseña que las cosas imposibles no existen.
En 1931, en una entrevista para la revista Time, Tesla dijo que nada puede ser más importante que la comunicación interplanetaria. Ciertamente será posible algún día, y la certeza de que hay otros seres humanos en el universo, trabajando, sufriendo, luchando como nosotros, producirá un efecto mágico en la humanidad, y formará la base de una hermandad universal que durará tanto como la misma humanidad”. Quizá no tardemos mucho en comprobar si Tesla tenía razón…

El futuro es de Nikola Tesla


¿Dónde han quedado todos estos inventos que cambiarían con toda seguridad la historia de la humanidad de una manera sorprendente y fantástica? ¿Donde está la tecnología de Tesla? ¿Por qué el gobierno estadounidense negó que el científico hubiera escrito notas y otros papeles, cuando se sabe que es una mentira descarada, y por qué los apuntes y artefactos de Tesla son alto secreto y afectan, como dicen, a la seguridad nacional? ¿Pueden estar retrasando conscientemente un nuevo despertar de la humanidad? Lo más glorioso de los inventos de Tesla son las consecuencias descomunales y extraordinarias (y peligrosas) que podrían tener si se demuestran correctos. Todavía hoy no hay manera de saber si el motor que ideó sin ninguna fuente de combustible es práctico o no. Todo lo referente al científico es secreto, pero según las últimas investigaciones y las propias evidencias encontradas en algunos de sus diarios, parece que la energía libre (extraída del ambiente) es posible, y que es posible además dentro del marco de trabajo de la ciencia conocida.
Puede que exista una conspiración para suprimir los dispositivos que extraen energía del ambiente. Es posible que las corporaciones que controlan el monopolio de la energía se estén apoyando unas a otras para mantener su supervivencia financiera. Tesla luchó contra ellos y ellos ganaron. Los ingenieros de Hitachi Magnetics Corp. de California han declarado recientemente que el funcionamiento de un motor basado en imanes es totalmente factible y lógico, pero las políticas internacionales sobre la energía hacen imposible el desarrollo de dispositivos que puedan competir con las grandes corporaciones. De hecho, parece que tales dispositivos de energía libre han sido deliberadamente suprimidos a través de los años para prevenir cualquier competencia.
Tesla llegó a afirmar que podía atrapar el campo magnético de la Tierra que abarca nuestro planeta y extraer tremendas cantidades de energía cortando estas líneas de fuerza o multiplicando todas juntas. Aunque la naturaleza exacta de este aparato sigue siendo un misterio, no hay motivos para no confiar en la credibilidad de este hombre sorprendente, y más cuando desarrolló una gran cantidad de artefactos revolucionarios y demostró su correcto funcionamiento ante las estupefactas audiencias.¿Quieren hacernos creer que Tesla estaba loco? Maldita sea. Más bien estaba lo suficientemente loco. El genio sin par de Tesla es puramente mágico, espiritual y místico.


Fuente:
http://www.nuevoordenmundial.es/2011/05/08/nikola-tesla-el-futuro-es-mio/ 

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